Capital de Perú. Disparo de salida del viaje. Para nosotros es una ciudad de contrastes. Muchos barrios, un poco caótica pero que nos encandilo con su gastronomía, su plaza de armas y barrios tan recomendables como el bohemio Barranco, el cosmopolita Miraflores o un San Isidro que nunca duerme.
Paz, tranquilidad y buenas olas. Esto es el balneario de Huanchaco, a escasos 15 minutos de Trujillo. Relajarse y ver un precioso atardecer. Despertarte con la brisa marina. Visitar la antigua ciudad de Chan-Chan, capital de los Chimús.
Situado en el distrito de San Martín, es una de las puertas de entrada a la selva amazónica. Calma, calor y mucho verde.
Ciudad con mucha historia, de difícil acceso, escondida en medio de los valles, fundada por tercera vez esta ciudad alberga la fortaleza de Kuélap, un complejo arqueológico donde se puede apreciar las edificaciones de la cultura Chachapoya. Para muchos el Machu Pichu del norte de Perú.
También conocida como la ciudad blanca ya que la mayoría de sus edificios fueron construidos con sillar, una clase de piedra volcánica blanca. Su majestuosidad y belleza se aprecian solo pisar las calles del Cercado. Es un oasis en medio del desierto de los Andes.
Ciudad milenaria a 3.400 metros de altitud, es la puerta de entrada al imperio Inca. Dejarte seducir por su belleza en forma de conventos, iglesias, plazas y calles empedradas es la mejor forma de conocer esta bella ciudad. Llegar a la ciudad perdida del Machupicchu es la guinda a un pastel obligatorio.