Tarapoto fue nuestro primer cambio de ruta y a pesar de nunca saber si una decisión es mejor o peor a las no tomadas, nos encantó la ciudad y sus alrededores.

 

Sin necesidad de pagar ningún tour organizado fuimos capaces de acceder a las principales atracciones turísticas de la zona. El mismo día que llegamos visitamos Lamas, un pueblo situado a unos 40 km de distancia, se conoce como la ciudad de los 3 niveles y en el inferior vive una comunidad indígena.

 

Todo un día nos llevo llegar a la Laguna Azul, un lago en el medio de la selva donde pudimos disfrutar de un recorrido en barco y de la belleza del lugar. Fue divertido ver como un autobús escolar cruzaba un río de medio kilómetro sobre unas tablas de madera encima de tres canoas, ver para creer.

 

El último día antes de cambiar de destino, nos fuimos a refrescar a las cascadas de Ahuashiyacu, donde tuvimos el valor de bañarnos en las gélidas aguas. Pese a todo, nuestra estancia no hubiera sido la misma sin Andy, un retaco de 5 años que nos alegraba cada día con su sonrisa.