Santiago seguramente es la capital suramericana más occidental. Es una ciudad en constante ebullición y donde reinan los contrastes. Es una pena que por culpa de la contaminación cuesta que brille el sol en una ciudad tan especial como ésta.
Nada más llegar a Santiago nos dirigimos a casa de Marina que a pesar de que ya estaba en su oficina había encargado al portero que nos recibiera para dejar las mochilas grandes y poder ir a pasear descargados. En primer lugar nos dirigimos al mismísimo centro, es decir, a la hermosa plaza de armas. Este centro fue el de la colonización y más tarde nos enteraríamos de que el edificio más importante, La Moneda, se sitúa a unas cuadras de allí precisamente por diferenciar la época colonial de la actual. Paseando por las calles vimos un par de “cafés con piernas” light, simplemente algunas hermosas damas con falda corta y hombres tomando café de pie, una buena idea para que se vayan rapidito pensamos. Por la tarde pudimos hacer un free walking tour de estos que tanto nos gusta, ya que en unas 3 o 4 horas habíamos recorrido los barrios del centro más representativos, pasando por el barrio de Lastarria el cual nos enamoró con su aire bohemio, el barrio de Bellas Artes y el centro histórico. Lo que más nos interesó fue el relato en primera persona de la guía que se posicionó contando la reciente historia chilena con el golpe de estado de Augusto Pinochet.
Al terminar nos fuimos al cerro San Cristóbal situado en el alegre barrio de Bellavista, subimos con el teleférico y disfrutamos de las hermosas vistas durante el atardecer mientras bebíamos un mote con huesillo. Finalizamos el agotador día con Marina, tomando unas chelas y recordando anécdotas universitarias.
Durante el siguiente día, aún nos esperaba mucho por recorrer y conocer. Comenzamos el día con un plato fuerte no apto para personas sensibles ya que en el museo de la historia se explica con mucho detalle las torturas de los partidarios de Pinochet. Nos hubiéramos quedado todo el día escuchando los testimonios, pero solo le pudimos dedicar una mañana, aunque fue interesante entender mejor la realidad de Chile. Después paseamos por el barrio de Yungay, que de por sí no tiene mucho y... sorpresa!! Encontramos “La peluquería francesa”, un restaurante donde también se ubica una antigua peluquería estilo francesa (de allí el nombre) , el local es una verdadera obra de arte llena de historia con infinidad de antigüedades. Comimos excelentemente y no podemos más que recomendar a quien visite Santiago que valore ir por lo menos una vez a este especial establecimiento.
Por la tarde callejeamos un poco más para visitar el mercado central y la Piojera. Y quedamos con otra buena amiga que vive en Santiago desde hace unos años (Mariona) con la que fuimos a uno de sus bares preferidos cargados de sátira política, The Clinic, y que también nos encantó. ¿Será posible que existan tantos sitios encantadores en esta ciudad?
El último día en la capital lo dedicamos al cerro Santa Lucía, enclave importantísimo en la conquista de los españoles. A día de hoy es un cerro en el medio de la ciudad y que alberga un parque precioso donde pasear y relajarse un rato.
Nos fuimos paseando hasta la calle Italia y a pesar de las recomendaciones por parte de Marina, nos alucinó aun más de lo esperado. No es una calle muy larga pero cada comercio reboza encanto. Cada detalle, todo está en su sitio, bien puesto, colorido y se respira un aire de glamour hippie, nos dejó totalmente ensimismados.
Por último, subimos a ver el atardecer en el Sky Costanera. Se trata del edificio más alto no solo de Chile, sino de todo Suramérica con sus nada despreciables 300 metros de altitud y más teniendo en cuenta que se encuentra en una zona de alto riesgo sísmico. Fue la mejor despedida de Santiago que podíamos imaginar...
Pero resulta que no fue ésta la despedida de Santiago, Marina nos invitó a un cumpleaños de un amigo donde comimos asado, bebimos hasta el agua de los floreros, conversamos y nos reímos con la multitud de gente que acudió al evento y volvimos a casa muy contentos; demasiado.
Al día siguiente, teníamos el primer vuelo en cinco meses y medio y nos dormimos! Ya no nos acordamos de que implica beber, demasiado desentrenados. Tras disculparnos con el conductor del taxi que era de lo más majo, nos espero sus buenos 20 minutos llegamos en el aeropuerto con mucho estrés, en pijama y un poco de dolor de cabeza para enterarnos que había overbooking en nuestro vuelo a isla de Pascua. ¿Es broma no? Pues no se ve que aproximadamente el 10% de los pasajeros no se presenta, con lo qué las compañías sobrevenden los vuelos para maximizar beneficios. Lo frustrante es que esto está avalado por la ley y las compensaciones en el supuesto caso no son nada del otro mundo. Parece que para ir a Isla de Pascua en semana santa nadie se le olvidó que tenía un vuelo. A falta de voluntarios, la compañía indica a dedo quienes no suben y obviamente los dos resacosos de turno que llegamos un poquito más tarde teníamos las papeletas. Finalmente y tras una angustia importante, tuvimos los 2 últimos asientos. Nuestra hada protectora seguía con nosotros, aunque nos dió un susto de muerte.
Palacio de la Moneda, la sede del gobierno chileno, y varios edificios de interés, pero lo más fascinante es la história que guarda. | Plaza de Armas | Cerro San Cristóbal en el Barrio Bellavista |
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Funicular para subir al cerro | Panorámica de Santiago desde el mirador del cerro San Cristóbal | |
Refrescándome con un mote con huesillos es una bebida chilena, que se compone de una mezcla de jugo acaramelado, con mote de trigo y duraznos deshidratados, llamados huesillos | El Barrio Bellavista es uno de los más animados y bonitos de Santiago, sus calles están repletas de bares, restaurantes y discotecas que se llenan por las tardes de jóvenes universitarios. | |
Cerro Santa Lucía, es el lugar dónde se fundó la ciudad en el siglo XVI | Desde el castillo tienes unas buenas vistas de la ciudad. | Mural de un Equeco o Díos de la abundancia en la parada de metro de Bellas Artes del artista INTI Castro |
Albert y su completo que es una variación chilena del hotdog en el que se le añade palta, tomate, chucrut y mayonesa (aunque hay diversas versiones) | Mercado Central repleto de locales y turistas, dónde los pescados y mariscos son muy populares | Peluquería Francesa en el corazón del Barrio Yungay |
Con casi 150 años de trayectoria es la peluquería más antigua de Santiago, y se conserva como si no hubiesen pasado los años. | Además de una peluquería es un exquisito restaurante dónde comimos y cada rincón del local esta lleno de antigüedades que cuentan la historia del barrio. | |
Cenando en casa de Marina que nos acogió en su encantador piso durante nuestra estadía en la ciudad. | ||
A 300 metros de altura Sky Costanera tiene las vistas 360º más impresionantes de la ciudad, allí disfrutamos de un precioso atardecer. | Último día en Chile en una bbq en casa de una amigo de Marina...La fiesta se alargó más de lo previsto y casi perdemos nuestro vuelo al día siguiente |