Degustamos la ciudad durante un par de días y podían haber sido muchos más. Emplazado en un paisaje de maravillosas riquezas naturales con el Lago Llanquihue de fondo, Puerto Varas es una de las ciudades con una importante actividad comercial de artesanía y productos del mar y carnes. Siendo además uno de los centros de mayor oferta turística en la zona.

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Sus calles hermoseadas con rosas permiten acceder al Cerro Philippi y el Monte Calvario entre otros, pero para nosotros Puerto Varas siempre será donde descubrimos el museo de Pablo Fierro. Pablo es un soñador, es una de esas personas que ya no quedan. Nos enamoró desde el primer instante que pisamos la antigua compañía de aguas, espacio cedido por el ayuntamiento a este artista. Es un museo de cosas perdidas, de recuerdos, donde el visitante puede empatizar con el artista e intercambiar una charla tranquilamente. Francamente inspirador.