Paraty es una de las joyas coloniales de Brasil, y es donde se produjo buena parte de su historia, desde su puerto salieron importantes cantidades de oro y otros minerales hacia Lisboa y otros puertos de medio mundo. Es difícil caminar por los pasajes y observar sus hermosas casas de solo una planta pintadas de llamativos colores debido al empedrado que conforman sus calles, puesta allí hace más de cien años. El lugar respira un ambiente bohemio y nos enamoramos de cada rincón; sus iglesias, arboles, casas, cafés y boutiques, un lugar fascinante.
Durante nuestra estadía allí hicimos couchsurfing en casa de unos chicos que estaban trabajando durante la temporada alta en la zona y que acogían a cualquier viajero en su casa; Brasil, Argentina, Chile, España, Francia, Italia...llegamos a ser más de 10 en su casa y el ambiente era puro buen rollo, divertidas conversaciones e intercambio de experiencias viajeras que nos hicieron pasar unos días geniales.
Recorrimos algunas de las playas de la zona; Trindade es una de las más bonitas y es imprescindible conocer sus piscinas naturales compuestas por enormes piedras de origen volcánico, las cuales retienen el mar formando un espacio de aguas calmas y cristalinas.