Decidimos parar en este pueblo para no recorrernos Laos de oeste a este en un autobús, o varios, para llegar otra vez a Vietnam lo que podría haber supuesto mil horas de infierno en vehículos no demasiado lujosos, carreteras imposibles entre valles y montañas de ensueño.

 

Nong Khiew es de esos sitios que te cautiva nada más pisarlo. No hay nadie en la calle, los lugareños intentan protegerse del intenso sol. La tranquilidad te abraza y te susurra al oído que no hacer nada es por sí una actividad muy gratificante.

 

Desde el pequeño pueblo es posible conocer los alrededores bien sea andando, en bicicleta, kayak o barco. Dependiendo estés más interesado en pueblos étnicos, cascadas en el medio de las montañas verdes y frondosas, cuevas escondidas en el interior de majestuosos valles.

 

Nosotros lo teníamos claro, batido de frutas en mano nos dedicaríamos a descansar, leer y escribir. Solo faltó encontrar un excelente restaurante indio para llegar a la felicidad absoluta.

 

Al fin y al cabo nos esperaba una ardua tarea cruzando las sinuosas montañas de Laos para ir a buscar a nuestros queridísimos amigos. ¿Qué no os lo habíamos contado aún? Un grupo de 8 buenos amigos se dirigen camino a Hanoi para ser partícipes de este gran viaje durante 3 semanas!