Empezamos a conocer este rincón de Argentina en su capital, Posadas. Su principal aliciente es su espectacular costanera, donde cada día miles de habitantes acuden bien a practicar algún deporte, a cenar, a pasear o tan solo beber un poco de mate y charlar con amigos o familia.
En nuestro caso, aprovechamos para conocer a Maxi, un joven universitario que muy amablemente nos abrió las puertas de su casa para compartir con nosotros 2 estupendos días.
Uno de los días fuimos a almorzar a la universidad, donde descubrimos gratamente que existen ayudas para comer gratuitamente y que dichas ayudas entre otras cosas lo han conseguido los propios estudiantes que se organizan como una especie de sindicatos o partidos políticos y negocian directamente con los gobiernos de la región. Es una buena manera de empezar a practicar los dotes de cada uno en el mundo de la política.
En Posadas descubrimos dos ofertas gastronómicas que entusiasmaron a nuestros paladares. Por un lado, el tereré que sería un mate preparado con jugo de frutas y frío, en lugar de agua caliente. Ahora sí podemos ser auténticos argentinos o por lo menos parecerlo. En segundo lugar, el matambre a la pizza, lo podriamos catalogar de #pornfood.
La región de misiones tiene muchos atractivos tanto históricos como naturales. Sin lugar a dudas las cataratas de Iguazú es la más importante, aunque también destacan un conjunto de saltos de agua repartidos por todo el territorio donde los lugareños visitan los fines de semana.
Nosotros nos dencantamos por la historia y fuimos hasta San Ignacio, donde se hallan las ruinas jesuíticas mejor conservadas de la zona. Los misioneros jesuíticos vinieron a catolizar a los "indios", construyeron ciudades e iglesias para conseguir su objetivo, hasta que fueron expulsados.