La Paz a pesar de lo que muchos creen no es la capital de Bolivia. Situada en unas de las peores topografías del planeta, entre altas montañas, con cinco cuencas de río convirgiendo y llevando el centro de la ciudad a un agujero natural en el medio del valle. Si te pierdes en la Paz solo tienes que bajar y encontrar alguna de sus arterias principales para así desplazarte de zona. Además, es la ciudad con más y mejores teleféricos del mundo. A día de hoy, un total de 3 líneas pero están programadas y financiadas un total de 9. Es increíble la idoneidad de este tipo de transporte para los paceños. Tienen hasta siete tipos de transportes públicos distintos.

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Tuvimos la oportunidad de hospedarnos con una familia de arquitectos que nos contaron de primera mano las realidades del país, sobre las regiones, los dialectos, su presidente Evo Morales y sus ideas fuera de la común como lanzar un satélite al espacio, en lugar de invertir en el desarrollo del país.

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Gastronómicamente la Paz tiene deliciosas costumbres, entre ellas las salteñas, pequeñas empanadas que solo se sirven hasta las 14:00 y que contienen un guiso dentro que convertirían en carnívoro al más vegetariano. También alucinamos con el Api, una bebida de maíz morado caliente acompañado de un buñuelo relleno de queso.

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Casi adherida a la Paz, encima del cerro se sitúa la ciudad del Alto, considerada la ciudad habitada más alta del mundo, con una altitud promedio de 4.300 metros. Los jueves y domingos se celebra la feria del Alto, donde todas sus calles se transforman en un gran mercadillo ambulante donde se puede encontrar absolutamente de todo, desde piezas de coches, coches enteros, animales, muebles para la casa, ropa y un sinfín de productos inclasificables. Todos ellos robados o de contrabando, a precio de saldo.