Enamorados de la joya de Vietnam
Llegamos de noche y el cuerpo de varios integrantes del grupo les pedía marcha así que llenamos las mini neveras del hotel con bebidas etílicas y nos dispusimos a dejar que la borrachera nos invadiera para reírnos y bailar como si el tiempo no nos hubiera separado nunca. Hoi An no se caracteriza por ser una ciudad donde abunde la fiesta, pero siempre hay algún local donde menear el esqueleto si se busca previamente y si no importa andar lo necesario.
El local fue el Why Not y cuando llegamos la fiesta ya hacía rato que iba, como no nuestros horarios y ritmos funcionan distintos. Nos hicimos amo y señores de la pista en un abrir y cerrar de ojos. En este tipo de locales hay un ordenador con youtube para que los clientes pongan la música que más les apetezca y de paso así los del local se despreocupan del tema. Es una idea excelente en el caso de que los grupos coincidan en estilo musical o si bien existe respeto y orden. En dicha noche no fue el caso y más de un encontronazo con otro grupo no reducido en número se entrepuso entre el regetton y nosotros. Pero que más da, si en el fondo el objetivo estaba más que cumplido, bailar, reír y no parar de hablar con todos. Lo bueno es que aquí la fiesta empieza y acaba temprano, así que a eso de las 3 ya estábamos todos acostados.
Al día siguiente fue de menester un buen desayuno para devolver a la vida algún que otro cadáver andante pero nos fuimos a recorrer las más que hermosas calles del centro histórico de Hoi An. Cada tienda, cada restaurante invita a entrar y consumir lo que ofrece, pero nos limitamos a deleitar la vista callejeando y entrando a los principales edificios históricos como son el puente Japonés, la Asamblea, entre otros. El amarillo de los edificios es el color característico.
Fuimos a comer en el mercado local y a un módico precio quedamos todos encantados de lo deliciosos que estaban los platos locales típicos del centro de Vietnam, en especial el white rose unas mini crepes hechas de pasta de arroz con gamba y corteza de cerdo con salsa de ostra.
Por la tarde fuimos a hacer un masaje grupal, donde las chicas se hicieron los pies y los chicos la espalda, la imagen era muy graciosa pero fue divertidísimo.
Finalmente paseamos por el rio con la caída del sol, ese día pudimos observar una colección fotográfica preciosa mientras recorríamos el canal así como la celebración de algún evento que no fuimos capaces de averiguar el motivo pero que gracias al mismo inundaron el agua de recipientes de papel con velas dentro creando una memoria imborrable. De noche Hoi An es incluso más bonito que de día ya que todos los faros y lamparas se encienden creando un ambiente precioso y muy romántico del cual todos quedamos enamorados.
Para finalizar la velada y cerrar el capitulo de la hermosa Hoi An fuimos al restaurante Ganesh, probablemente el mejor restaurante indio de la ciudad y el resultado fue impecable.
Super Local :) | Mercado local donde probamos la mejor comida | |
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Siempre hay tiempo para un buen masaje en los pies | Amor en los callejones de Hoian | |
Puente Japonés | ||
Atardeceres que te quitan el aliento | ||
Calles con encanto | "Fruta del Dragón" muy popular en Asia aunque es originaria de América Cental |