Darwin está situada en el extremo norte del país, alejada de las urbes más pobladas. Precisamente su localización es lo que la caracteriza. Los precios son generalmente más caros que el resto del país por la dificultad logística. Siguen viviendo allí una cantidad no desestimable de aborígenes. La fuerza de la naturaleza es fuerte y latente. Habitan criaturas muy grandes como los Salt Water Crocodiles que pueden medir hasta 5 metros y que obligan a la gente a estar lejos del mar (Con lo bonitas que son las playas y en la mayoría no te puedes bañar).

 

Para nosotros Darwin era la puerta de salida de Australia así que decidimos pasar 4 días allí sin saber muy bien que se debía hacer. Las principales atracciones turísticas son sus parques nacionales. El más espectacular es el Kakadu NP con una extensión más grande que Suiza. Decidimos prescindir de su visita ya que para realmente conocer un poco el parque se le debe dedicar un mínimo de 3 días y a un coste no asumible en este momento del viaje. Estamos convencidos de que el lugar se lo merece, pero intentaremos abarcarlo cuando volvamos a celebrar nuestras bodas de plata.

 

Nos conformamos con el tour de un día al Liechfield NP y la alucinante experiencia de los “jumping crocodiles”. Por la mañana nos subimos a un barco para navegar el río Adelaide. Nada más empezar la navegación vimos algunos cocodrilos de tamaño medio. Con la ayuda de una caña y trozos de carne, llamaban la atención de los reptiles para que vinieran nadando hasta el barco. Una vez cerca nuestro les acercaban el premio y se lo quitaban de los morros hasta que los enfurecidos cocodrilos empezaban a mostrar su fuerza saltando delante de nuestras narices para atrapar la presa. Alucinamos cuando al final del recorrido pudimos ver “The big fellow” que media casi 5 metros de largo con una mandíbula que le hacia muy temible.

 

El resto del día visitamos el parque nacional y conocimos interesantes detalles sobre la flora y fauna del lugar. Por ejemplo, se producen constantemente fuegos fríos que regeneran la zona. Pudimos observar varios de ellos y lo increíble es que no se extienden por toda la vegetación, es un fenómeno bien curioso. Visitamos un lago precioso y un río con agujeros que hacían de mini piscinas. La verdad es que fue un día bien entretenido, considerando que los otros días los dedicamos principalmente a hacer el vago, mirar películas, leer, escribir y dormir. Festejar el cumpleaños de Mireia fue la otra actividad destaca en nuestra estancia en Darwin.