Cairns: buceando y sobrevolando la Gran Barrera de Coral
Cairns es una ciudad muy turística, se podría decir que es donde la gente trata de acceder a la Gran Barrera de Coral mayoritariamente. Cabe destacar que la Gran Barrera de Coral es el equivalente marino de la selva Amazónica. También es el ser vivo más grande del mundo y el único que se puede ver desde la luna. Estábamos ansiosos por explorar el fondo submarino.
A diferencia de las Whitsundays, llegamos al crucero y estaba repleto de gente. Sin exagerar podíamos ser 100 personas sin ningún problema. A pesar de que la comodidad no fue la misma disfrutamos de un día increíble, donde todo fue a pedir de boca.
El sol era radiante y las dos horas de navegación matutinas transcurrieron a velocidad feroz. La primera parada era en Michaelmas Cay, un santuario de pájaros por lo que solo era posible acceder a la isla desde una parte restringida. Como lo que queríamos nosotros era ponernos las gafas y el tubo para embobarnos con las profundidades submarinas, ni prestamos la más mínima atención a la isla y sus pajaritos. Empezamos alucinando con la paleta de colores del arrecife; amarillos, verdes, azules, rojos, por no hablar de las mil formas que presentaban estos seres vivos. Desgraciadamente, también fuimos observadores de las tumbas de muchos de ellos, ya que este año con el efecto climatológico conocido como “El Niño” la temperatura del mar ha alcanzado una temperatura récord y ha provocado la muerte de casi el 40 por ciento del arrecife. Obviamente no es una noticia alentadora, pero nos explicaron que se regenera con cierta facilidad, con lo que no hay riesgo de desaparición.
Nosotros continuábamos con nuestra natación ininterrumpida hasta que visualizamos la primera tortuga. De dimensiones importantes, no quería salir de su escondite, pero nosotros nos contentábamos con simplemente observarla desde lejos. Al cabo de un rato, dejamos en paz nuestra primera víctima para descubrir el arrecife en su vasta extensión. Y voilà, dos ejemplares más de tortuga gigante. Por suerte, transcurridos unos minutos, una de ellas decidió que ya era hora de salir a la superficie y fue entonces cuando pudimos nadar y juguetear con ella sin restricciones de tiempo. Fue sin lugar a dudas el mejor momento del día, ése en el que el tiempo no transcurre simplemente existe el ahora.
Cuando hubo terminado el recreo, nos dieron de comer y nos preparamos para el gran momento de la inmersión. Desde que salimos de Barcelona meses atrás, teníamos claro que íbamos a hacer submarinismo en la Gran Barrera de Coral Australiana. La experiencia fue increíble. Vimos muchísimos corales, no tanta fauna grande, pero igual la belleza nos cautivó.
Los siguientes días en Cairns aprovechamos para descansar, despedirnos de nuestra queridísima furgoneta y planificar la ruta de nuestros siguientes destinos.
Obviamente algo tenía que pasar con la campervan, ya venía avisando desde el primer día encendiéndose intermitentemente la luz del motor. Teníamos que devolver la furgoneta a las 16:30 de la tarde y tras un día de compras y mudanza al hostel, nos dejamos las luces abiertas. Resultando que a las 15:30h cuando fuimos a encenderla para devolverla, nos habíamos quedado sin batería! El agobio fue mayúsculo ya que podíamos incurrir en una penalización económica importante y enviar al traste todos nuestros esfuerzos por mantener el presupuesto a raya. Por suerte, con la ayuda de unos chicos de la calle, conseguimos encenderla empujándola por la calle a la vieja escuela.
El último día, antes de volar hacia Darwin nos cogió un arrebato y decidimos sobrevolar la Gran Barrera de Coral. Era una de esas actividades con las que habíamos soñado muchas veces antes de emprender el viaje, así que tarjetazo y no hay más que hablar.
Resulto ser de las mejores vistas que hemos tenido en la vida, así que totalmente recomendable. Las tonalidades desde el cielo son increíbles. La pequeña avioneta de 10 plazas sobrevoló el arrecife durante 30 minutos, lo suficiente para gozar sin marearte en exceso ya que el piloto entusiasmado con el vuelo decidió hacer alguna acrobacia.