Fue la puerta de entrada a Brasil y a pesar de las dudas sobre la documentación que nos iban a pedir la entrada fue rápida y sencilla. En el 2012, el gobierno brasileño decidió endurecer los requisitos de entrada a los ciudadanos españoles aplicando una política de reciprocidad.

 

En cualquier caso, en Foz pudimos disfrutar de un festival de culturas sudamericanas dónde representantes de cada país mostraba ejemplos de su cultura, desde bailes tradicionales, pasando por música, vestimenta o comida. La verdad es que fue lindo ver ese espectáculo, era como viajar estando sentado en una silla. Es divertido ver los adornos navideños en su máximo esplendor pese a estar a más de 25º y en manga corta y chancletas. Papa Noel viste de rojo pero nos tememos que el vestido no es de terciopelo.

 

Aprovechamos Foz de Iguazú para visitar por segunda vez las cataratas, esta vez por el lado brasileño. El parque es ligeramente más pequeño que el Argentino, pero no menos impresionante. La perspectiva obtenida desde Brasil es más panorámica y a la vez se sitúa debajo de grandes saltos de agua cerca de la garganta del diablo donde nadie escapa a quedar cubierto de agua. Después de darle muchas vueltas, no podemos escoger cual de los dos lados es más bello, con lo que recomendamos a cualquier visitante realizar la visita en ambos países.