Recorriendo Bariloche y los 7 lagos

Segundo destino turístico del país sobre todo por el ski que se cataloga como entre los 3 primeros a nivel mundial. Su belleza no tiene límite, situado en el parque nacional Nahuel Huapi dispone de lagos, montañas y un sinfín de bellezas naturales.

 

Tiene el récord mundial de la barra de chocolate más grande del mundo (130 metros y 800 kg de peso) y del huevo de pascua más grande del mundo (8.000 kg). Podemos asegurar de que existen chocolaterías en cada esquina y todas ellas huelen a profesionales. Nosotros nos conformamos en probar algún bocadito para contentar nuestros deseos más íntimos y el sabor era superlativo.

 

Además de comer chocolate nos hospedamos en casa de Agueda, nuestra íesima couchsurfer. Su amabilidad nos cautivó. Agueda es una de esas personas con carácter que tiene las cosas claras. Ella tenía que trabajar y no podía acompañarnos a visitar la ciudad pero nos dio un mapa y buenas indicaciones para que nosotros solitos pudiéramos disfrutar de tan linda ciudad.

 

El primer día nos fuimos a recorrer el circuito chico caminando lo cual nos enamoró profundamente. Se trata de un recorrido por los alrededores de San Carlos de Bariloche ya dentro del parque nacional donde bien a pie, en bicicleta o en cualquier otro transporte puedes desplazarte libremente. Es un recorrido precioso y por lo tanto obligado para el viajero. Nos fascinó la tranquilidad del lugar y sobretodo el fácil acceso a tan espectacular escaparate natural. Todo el día dedicamos a recorrer, sentarnos, escuchar, fotografiar y gozar del día que el destino decidió regalarnos.

 

El siguiente día desayunamos fuerte porqué subimos a pie al cerro campanario para tener las vistas privilegiadas de todos los lagos que comprenden Bariloche. Una imagen vale más que mil palabras y nos remitiremos a la fotografía ya que no somos capaces de expresar en palabras.

 

Al mediodía comimos asado con la familia que nos hospedaba y por la tarde, al ser domingo, comimos helado de Jauja y jugamos a juegos de mesa, un plan familiar pero que hubiéramos hasta pagado por la nostalgia que nos produjo.

 

Tras la breve estadía en Bariloche empezamos la conocida ruta de los 7 lagos. Se trata de un tramo de la ruta 40 entre Villa la Angostura y San Martín de los Andes de 107 km que atraviesa  hasta 7 lagos donde hay campings para que se pueda disfrutar de la montaña.

 

Decidimos hacer noche en 3 de ellos para poder despedir por todo lo alto nuestra tienda de acampar. La primera noche fue en Lago escondido, y tan escondido que se tenía que andar 3 km hasta el sitio...suerte que una pareja bien amable nos recogió y llegamos en un plis plas. La gente es tan buena persona. La sensación de tranquilidad era máxima. La temporada se terminaba y en 15 días ya no se podría acampar. Las noches de gente joven bebiendo, riendo y cantando se habían terminado. Compartimos tan fantástica ubicación con un total de 10 personas a lo sumo, entre ellos unos amigos que les gustaba pescar, alguna que otra pareja y una familia. Para nosotros solo importaba que nuestra “ventana” tenía vistas al lago. Poder leer, con una copa de vino, jugar a las cartas o simplemente ir a recoger madera para la hoguera, estas son las preocupaciones de un día en el Lago Escondido.

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A continuación visitamos el lago Pichi Traful. Y más de lo mismo, tranquilidad absoluta y vivir. Por la noche ya empezaba a refrescar lo que sufríamos en nuestra tienda y saco de dormir “ultralight”. Por la noche con la poca luz un grupo de caballos casi arruina nuestra tienda de acampar con Mireia adentro lo que habría provocado algún que otro contratiempo para nuestro viaje. Al final, solo una anécdota.

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Por último visitamos el lago Falkner y tras un día con mucho viento que lo pasamos en la casita de madera donde hay el bar conversando y conociendo al personal nos dimos el lujo de cenar unos buenos bifes argentinos.

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Última parada San Martin de los Andes para agarrar un autobús para el siguiente destino.